Son múltiples los orígenes del Universo y los Dioses. Las fuentes más destacadas para la mitología clásica occidental son:
- La Teogonía de Hesíodo (s. VIII a.C.)
- La Metamorfosis de Ovidio (43-17 d.C.)
- Las Fabulas de Higinio (s. III d.C.)
- La Biblioteca de Apolodoro (s. I-II a.C.)
VERSIÓN 1 – Hesíodo - Ovidio
Primero existió el Caos. De él surgió Gea (la gran Madre), la Tierra de amplio pecho, y Eros (la Voluntad)[i], el amor que dulcifica las almas y cuya acción fecundante va a presidir en lo sucesivo la formación del mundo. Por último en el fondo de la tierra existió el tenebroso Tártaro (el abismo).
Del Caos también surgieron Érebo (Tinieblas infernales) y la negra Nocte (Noche), y de sus amores Éter (el Aire) y Hémera (la Luz o el Día) fueron engendrados.
Gea primeramente dio a luz al estrellado Urano (el Cielo), semejante a ella misma, para que la protegiera por todas partes, con el fin de ser asiento seguro para los felices dioses. Asimismo trajo a la luz al estéril mar, de impetuosas olas, el Ponto, sin el deseable amor.
De la unión de Gea y Caos nacieron los Titanes, los Cíclopes y los Gigantes.
De la unión de Gea y Ponte (¿pero no era esteril?) nacieron los Póntides y las Póntidas (¬¬ se quebraron la cabeza…).
[1] Eros o Querer. Se refiere a la voluntad, no al querer pasional. Ej. “Quiero comer”.
VERSIÓN 2 – Higinio
Al principio reinaba la Oscuridad, y de la Oscuridad nació el Caos. De la unión de ambos nacieron la Nocte, Hémera, el Erebo y Éter.
De Nocte en solitario o con Erebo nacieron el Hado, la Vejez, Tánatos (la Muerte), Hynos (el Sueño), Eris o Éride (la Discordia), Némesis, el Asesinato, la Miseria, la Alegría, la Amistad, la Compasión, las Parcas, las Furias y las Hespérides.
Hémera y Éter a su vez engendraron a Gea (la Madre Tierra), Urano (el Cielo) y Ponto (el Mar).
De la unión de Éter y Gea nacieron el Terror, la Astucia, la Ira, la Lucha, las Mentiras, los Juramentos, la Venganza, el Pacto, el Olvido, el Temor, el Orgullo, la Batalla, y también Océano, Temis, Ponto, los Titanes y Tártaro.
De Gea y Tártaro nacieron los Gigantes.
VERSIÓN 3 – Apolodoro
Al principio de todas las cosas Gea (la Madre Tierra) emergió del Caos y dio a luz a su hijo Urano (el Cielo) mientras dormía. Contemplándola tiernamente desde las montañas, Urano derramó una lluvia fértil sobre sus hendiduras secretas (¬¬ ya ya…), y ella produjo hierbas, flores y árboles, con los animales adecuados para cada planta. La misma lluvia hizo que corrieran los ríos y llenó de agua los lugares huecos, creando así a Ponto (los Lagos y el Mar).
De la unión de Gea y Caos nacieron los Titanes, los Cíclopes y los Gigantes.
De la unión de Gea y Ponte nacieron los Póntides y las Póntidas (¬¬ se quebraron la cabeza…).
Y OTRAS TANTAS VERSIONES MÁS…
COSICAS A MENCIONAR
Esta multiplicidad de orígenes se debe a dos causas:
1. Los primeros seres humanos vivían en tribus y no tenían consciencia los unos de los otros, por lo que cada grupo creó su propia mitología, que posteriormente se fue unificando.
2. Las leyendas y explicaciones del universo recayeron en los primeros seres humanos, que las transmitieron oralmente hasta que por fin fueron escritas.
Cada versión completa a las otras. Lo ideal es llegar hasta Gea y Urano, como se llegue, da igual.
Hay que decir también que muchos de estos primeros conceptos simplemente son eso, conceptos. Los dioses antropomórficos llegan después de Gea y Urano. Para ser más concretos, los entes sin forma son: Oscuridad, Caos, Tártaro, Eros, Nocte, Hémera, Éter, Erebo, Gea, Urano y Ponto. Además de las muchas abstracciones citadas: la Alegría, la Vejez, el Olvido, etc.
El tema Eros. Eros es una palabra griega que significa Amor. Este Eros es una fuerza fundamental y primigenia del mundo que asegura la continuación de las especies y la cohesión interna del Cosmos, una fuerza que atrae a unos seres hacia otros para que la vida continúe. Por tanto no tiene nada que ver con Eros o Cupido, hijo de Afrodita. Incluso en la lengua griega hay una diferencia en el nombre: Eros, la voluntad, tiene la vocal o breve, mientras que Eros (Cupido) la tiene larga (la o, ¡malpensados!).
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